martes, 24 de febrero de 2009

MALENI QUE ESTÁS EN LOS CIELOS

No estoy particularmente a favor de la eugenesia pero creo que la costumbre de los espartanos, de arrojar por el acantilado a los nacidos con ciertas taras, convirtió a Esparta en una gran potencia militar. Con el paso de los siglos, los seres humanos hemos ido abandonando ciertas prácticas como el empalamiento a los prisioneros de guerra, descoyuntar los miembros de aquellos de quién se esperaba la confesión de un delito o enterrar a los criados, esposas, concubinas y escoltas junto con el rey fallecido. Esto en Occidente y con ciertas excepciones.
La ministra de fomento no nació en Esparta ya que, no solo no fue arrojada por ningún acantilado sino que ha llegado a ser ministra. O menestra, que no lo tengo aún muy claro. Tengo claro que nadie se la beneficia como los Luises franceses se beneficiaban a ciertas damas que acababan ejerciendo el poder en la corte de Versalles. Por lo tanto, me pregunto día y noche por qué Maleni es ministra. La veo de reponedora en Carrefur, de tendera en una frutería de barrio o de entrañable y abnegada ama de casa pero de ministra, lo que se dice ministra, pues no.
Y ahora se nos va a Siberia a estudiar ferrocarriles y aeropuertos en condiciones extremas. Con un par. Pero lejos de exigir su dimisión por esta nueva muestra de estolidez, mi instinto maternal y filantrópico me tiene en vilo. Me la imagino allí solita, con el frío que hace en la taiga, expuesta al instinto asesino del tigre siberiano, contemplando con su boquita abierta los letreros en caracteres cirílicos, descubriendo un mundo hasta ahora ignoto para ella.
Y me pregunto, no sin temor ¿cuáles serán sus conclusiones tras su viaje?; ¿Querrá instalar calefacciones en las pistas de Barajas? ¿Pretenderá ampliar el trayecto del Transiberiano hasta la Estación de Atocha? ¿Propondrá enviar a Federico Jiménez Losantos al GULAG?
Tranquilos que nos lo dirá ya que la ignorancia es atrevida y Maleni acostumbra a verter sus opiniones con desparpajo, sin importarle que los que la escuchamos, estamos convencidos de su oligofrenia profunda.
A estas alturas, ya se habrá enterado de la dimisión de Bermejo, el asesino de Montesquieu, pero ella, que es todo corazón, comprenderá la maldad del hijo del alcalde franquista y jefe local del Movimiento de Arenas de San Pedro, pues entenderá que el ministro cazador, se ha cargado al padre de Bambi.
Ahora que si lo que quiere es comprobar como funcionan las infraestructuras en condiciones extremas, Zapatero la podía enviar a la NASA para que la tomen medidas para el uniforme y la envíen a Marte. Seguirá sin haber vida inteligente en el planeta rojo pero ver a Maleni trazando un AVE marciano, no me lo perdería por nada del mundo.

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